Viña Santa Marina abre sus puertas a los equipos de baloncesto de Mensajeros de la Paz
Sara Beltrán, Rosa Martín, Leonor de Plasencia, Vanesa Román, Raquel Sánchez, y Beatriz Morán, por un lado, y José Joaquín Galván, Juan Manuel Gómez, Roberto Rodríguez, Cesar Gayo, José Ignacio Martín, Cristian Bernal y Carlos Fernández, por otro. Ellas y ellos son los componentes de los equipos de baloncesto de la Escuela Deportiva de Mensajeros de la Paz Extremadura en Moraleja. Calentando ya motores con las primeras pruebas de los Jedes 2020, el 5 de febrero viajan hasta Almendralejo para participar en las pruebas de habilidades. La cita será por la mañana, pero el deporte no será la única actividad que realicen los equipos esa jornada.
César Pelayo, responsable del taller de jardinería y viveros agrícolas del Centro Ocupacional de Moraleja ha gestionado la visita a las imponentes instalaciones de Viña Santa Marina, una bodega emeritense de gran proyección internacional. Durante cuatro años, Pelayo trabajó como biólogo en la Estación Enológica de Almendralejo lo que le grajeó numerosos y sólidos contactos de calidad en el mundo vitivinícola.
Las y los deportistas, acompañados de la directora del Centro Ocupacional, Raquel Cortés, y de César Pelayo visitarán las bodegas y en ellas conocerán el área de almacenamiento de los vinos en sus barricas, la maquinaria donde se elaboran los caldos y la zona de cata. Volverán a Moraleja contando lo que muchos no conocemos: la magnífica zona de eventos que guarda en sus instalaciones Viña Santa Marina.
La bodega emeritense abrió sus puertas en 1999 y elabora y comercializa una quincena de caldos tintos y blancos. Muchas de sus marcas viajan más allá de nuestras fronteras para deleitar los paladares de la población china, entre otros países de destino.
Viña Santa Marina fue creada por Álvaro de Alvear. El bodeguero sevillano de raíces extremeñas adquirió a los pies de la Sierra de la Moneda, a escasos kilómetros de la capital autonómica, 200 hectáreas entre las que se encuentra un frondoso bosque mediterráneo. Allí, según cuentan en su web, “creó una bodega de terroir (lo que en español se denomina vinos de pago o de finca), con parcelas pequeñas plantadas de variedades de uva autóctona y otras de origen francés”. “Una historia de más de 300 años donde la familia Alvear y sus terroir han estado intrínsecamente unidas”.
Esta es la primera vez que usuarios del Centro Ocupacional gestionado por Mensajeros de la Paz Extremadura visitan una bodega de vinos y a buen seguro que, tras esta primera experiencia, repetirán.