Residentes de Nuñomoral combinan gastronomía y naturaleza en una jornada completa
El meandro Melero y la Matanza Hurdana celebrada en Ladrillar han sido el destino combinado elegido por el Centro Residencial y Familiar de Nuñomoral para disfrutar del penúltimo sábado de marzo. Disfruta en tu diario del álbum de fotos
Las seculares tradiciones extremeñas son una excusa perfecta para organizar una excursión por Las Hurdes. El sábado, 23 de marzo, la localidad de Ladrillar acogía este año la afamada Matanza Hurdana y éste fue el destino último de los residentes en el Centro Residencial y Familiar de Nuñomoral, gestionado por Mensajeros de la Paz Extremadura.
La excursión fue organizada por etapas y antes de llegar a su cita gastronómica los excursionistas pudieron contemplar algunas de las mayores maravillas de la naturaleza. Su primera parada fue para contemplar el espectacular meandro de Melero, un lugar idóneo donde tomar instantáneas para el recuerdo.
El meandro de Melero, situado en el límite oriental de la comarca de Las Hurdes, está formado por el río Alagón en las cercanías de Riomalo de Abajo. La vista panorámica desde el mirador La Antigua es espectacular
Antes de continuar para Ladrillar, residentes y monitores realizaron una breve visita por la localidad también hurdana de Cabezo, pueblo con gran tradición apícola.
Los doce residentes y sus cuatro acompañantes llegaron finalmente a Ladrillar donde el deguste de una gran parrillada hizo las delicias de sus paladares. La siempre alegre música de charanga sirvió también como banda sonora con la que bailar unas buenas piezas.
Antes de regresar al hogar, una paradita técnica en la Hospedería de Las Mestas, ubicada en un paisaje inconmensurable.