Una Gymkana de cuento en el CRF de Nuñomoral
En el Centro Residencial y Familiar de Nuñomoral se ha vivido, el 27 de mayo, una Gymkana de cuento en la que han participado unos invitados muy especiales, 23 niños y niñas, hijos e hijas de trabajadoras del Centro. Tanto personal laboral como usuarios y usuarias, así como los pequeños y pequeñas que asistieron a la Gymkana se lo han pasado genial superando pruebas para conseguir liberar al personaje fantástico secreto que había sido raptado
Érase una vez, un lugar en el que habitaban unas personas muy especiales y mágicas, comúnmente conocido como Centro Residencial y Familiar de Nuñomoral, en el que cada año preparan una asombrosa fiesta de bienvenida al verano.
Este año, la fiesta se celebró el pasado viernes, 27 de mayo, con la participación de unos 23 pequeños invitados, que decían ser descendientes de algunos de los personajes mágicos que trabajan en el lugar.
Mientras se llevaba a cabo con esmero e ilusión, los preparativos para tan esperada ocasión, ocurrió algo terrible e inesperado, ¡un temible monstruo irrumpió en el centro y capturó al personaje fantástico secreto!
Rápidamente todos se pusieron manos a la obra para rescatarlo.
A pequeños y mayores les esperaba un mundo de fantasía, donde debían introducirse en escenarios perfectamente trabajados de diferentes cuentos y en los que debían superar una gran diversidad de pruebas para conseguir las pistas necesarias que les ayudarían a resolver el enigma final y así rescatar al personaje fantástico capturado.
Las primeras pruebas tuvieron lugar en el pasillo de psicología y terapia ocupacional, donde 101 dálmatas se enfrentaron a 3 divertidas pruebas:
ADIVINAGUAU: en la que pensaron y pensaron para resolver diferentes acertijos.
TWISTERDOG: en la que se divirtieron superando el juego del Twister.
DOG DOG: en la que centraron toda su atención en adivinar mediante una secuencia musical, la canción de Disney de la que se trataba.
En la primera planta, el hall se había convertido en la escenografía perfecta del Rey león, donde los leones y leonas de los talleres de artesanía y textil junto con los pequeños visitantes tuvieron que afinar su puntería lanzando bolas en la prueba LEÓN-PUNTERÍA, para colarla por los huecos y de esta manera conseguir más pistas.
Posteriormente, los pequeños invitados se dirigieron a la planta baja donde el taller Conductual y de fisioterapia se había transformado en el fantástico mundo de Alicia en el País de las Maravillas y en el que persiguieron de forma incansable a los malvados soldados de la reina de corazones, atravesando un divertido laberinto y lanzando los relojes para conseguir derrumbar a los soldados.
Incansables, los y las visitantes volaron al Taller manipulativo y de Trabajo Social, en el que el maravilloso cuento de Peter Pan había cobrado vida y donde tuvieron que trabajar su orientación para conseguir, con los ojos cerrados, explotar los globos que contuvieran los polvos mágicos de Campanilla.
Conseguidos los polvos mágicos y lejos de darse por vencidos, llegaron a Pretaller I, donde les esperaba la prueba ¡Sálvese quien pueda! Compuesta por un montón de obstáculos que pusieron a prueba su agilidad motriz en un frondoso escenario basado en el maravilloso Libro de la Selva.
Superados todos los impedimentos, se encaminaron a la cafetería del Centro en la que los chicos y chicas del Taller de Jardinería y Pretaller II se metieron en su papel de Mago de Oz y donde además, les esperaban todos los personajes de los diferentes cuentos en los que se habían adentrado.
Allí, tuvieron que pasar un recorrido esquivando cuerdas, superar un trayecto de adaptaciones de manos y pies, una prueba de precisión y reconocer las diferentes necesidades de los personajes del cuento: El espantapájaros debía estar junto al cerebro, Doroti junto a la casa, el león junto a la valentía, etc.
Los y las pequeñas descendientes lo hicieron fenomenal, consiguieron con gran esfuerzo, precisión y valentía reunir las pistas necesarias para averiguar cuál era el personaje de fantasía secreto: El Hada Leticia.
Leticia fue liberada del temible monstruo y como agradecimiento, regaló una flor mágica a cada participante, que lo canjearon por un gran premio final: ¡Un cucurucho de chuches gigante!
¡Y colorín, colorado, la gymkana había terminado!
Para reponer fuerzas, los usuarios y usuarias del CRF de Nuñomoral, junto con los 23 niños y niñas que habían acudido al centro, disfrutaron de una rica comida compuesta por hamburguesas y patatas fritas, rematado con un fresquito helado como postre.
Más difícil que las pruebas, fue la despedida, ya que la visita de las y los peques resultó tan mágica, especial e inclusiva, que se prometieron, con la ilusión en los ojos, volver a repetirla muy pronto.