Carta de una directora en época de coronavirus
Las palabras de agradecimiento siempre me acaban resultando manidas, pero considero que aquí hay tantos implicados que no gritarlas a los cuatro vientos sería negligente por mi parte.
Me permito, en primer lugar, poner en valor la maravillosa actitud de nuestros usuarios, de nuestros chicos, que han aguantado un aislamiento sin ningún problema, comprendiendo la situación y comiendo algún que otro dulce de más… Podemos decir que los más dormilones, como Bernardino, incluso lo han disfrutado. Son los grandes campeones del 2020, impartiendo lecciones a todos a diario.
En segundo lugar quiero dar las gracias encarecidamente a las familias de nuestros chicos, que han tenido un comportamiento ejemplar, dándonos ánimos con palabras amables en los momentos más duros y con un altísimo nivel de comprensión y confianza hacia nuestro trabajo. Ha sido clave en estos días que remáramos todos en la misma dirección y, no sólo lo hemos hecho, si no que habéis sido un gran impulso para que todo acabase bien.
El equipo de trabajo del CRF Nuñomoral es tremendamente heterogéneo, numeroso, de todas las edades y con diferentes maneras de pensar, y ha sido impresionante ver como se ha unido con un fin común, como tantas otras veces, pero con el miedo como factor sorpresa. Podría escribir un libro con las virtudes de cada uno, con el tesón y amor de los cuidadores, que lo mismo ponían música clásica en las habitaciones de los positivos que aportaban un plus de seguridad con alguna de sus ideas; con el apoyo de los educadores estableciendo la poca naturalidad que se podía en las habitaciones; con el tesón del equipo de limpieza, que han tiznado de lejía y desinfección el Centro; con el Equipo Técnico, que ha peinado flecos, aportado ideas, normalizado situaciones, hablado con todas las familias y explicado a los chicos que quedan “unos días más”; además de nuestros enfermeros, que han realizado 330 PCR en 25 días y, en medio de ellas, siempre han sacado un hueco para explicar con cariño a los chicos que son ellos, que no duele y que “parece como cuando te entra agua en la nariz en la piscina”.
El colchón de Mensajeros de la Paz Extremadura también es inconmensurable, no sólo en el apoyo material y laboral, teniendo a Mercedes Murias siempre a un tono de teléfono a cualquier hora y cualquier día de la semana, si no también el psicológico, con mis compañeros de otras residencias siempre pendientes de nosotros.
El jueves en que se nos cortó la respiración no sabíamos que íbamos a aprender muchas cosas y desaprender otras tantas. Que las malas noticias en forma de positivo, iban a traer buenas noticias en forma de disponibilidad y de equipo. No estamos libres de que nos vuelva a pasar de nuevo, aunque no lo queramos, pero si nos pasa, tal y como decía una compañera “incluso hemos aprendido a hacerlo mejor”.
Fdo.Mª José Delgado Martín
Directora del Centro Residencial
y Familiar de Nuñomoral