A principios de los noventa, un grupo de seis profesionales dimos los primeros pasos en Extremadura con Mensajeros de la Paz, la asociación fundada por el padre Ángel.
La creación en el mundo rural de una red de recursos para personas con discapacidad intelectual y la atención profesional a personas con adicciones fueron nuestras prioridades.
Aquel aguerrido grupo se ha convertido en un equipo de 300 especialistas empeñados, ahora también, en garantizar la calidad de vida de los mayores en sus propias localidades y en el apoyo a las familias más vulnerables.