Las mujeres se empoderan con el programa de familias
Dentro de los actos organizados por Mensajeros de la Paz Extremadura, Mérida ha acogido una charla debate alrededor de un café para trabajar el empoderamiento de la mujer en su realidad cotidiana y familiar.
Al inicio de este encuentro de dos horas de duración, las participantes han detallado su situación actual y cómo llegaron a ser usuarias del Programa de Atención a Familias en Riesgo de Exclusión. Tras hablar de su propia situación, fueron exponiendo también la situación de las mujeres de su entorno y, sobre todo, la situación de aquellas que conocieron en sus lugares de origen. Muchas fueron las historias duras allí narradas. Situaciones de malos tratos familiares, abandono o movimientos migratorios extremos forman parte de la memoria de muchas de ellas. En este punto hay que señalar que entre el colectivo atendido por la organización extremeña se encuentran mujeres procedentes de Venezuela, Bulgaria o Colombia, entre otros puntos geográficos, que se han visto obligadas a dejar atrás a muchas mujeres queridas, entre las que se encuentran madres y hermanas.
De la exposición de las situaciones personales y de entorno, las participantes analizaron la situación de la mujer en España a día de hoy. Todas ellas convinieron que, a pesar de los grandes logro alcanzados, aún queda mucho por hacer en pro de lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Entre estas metas, se encuentra la erradicación de la violencia de género, la eliminación de la brecha salaria o el acoso laboral y callejero.
Y del presente al futuro. En conjunto, estuvieron de acuerdo en las ventajas de contar con una red de apoyo sólida de mujeres creada a partir de su encuentro en el Programa de Familias gestionado por la oenegé en Mérida. Plantearon, como posibilidad, la organización de cursos impartidos por ellas mismas para ellas mismas con el fin de lograr el empoderamiento y el crecimiento en común.
El encuentro tuvo lugar en el aula de formación del Programa de Atención a Familias y sobre su mesa no faltaron los dulces caseros y el café humeante para compartir una mañana de reafirmación y esperanzas en la que no faltaron las emociones y las risas francas.