Las residencias Las Eras y Virgen de Guadalupe cuentan ya con desfibriladores
Los ayuntamientos de Hernán Pérez y Carrascalejo depositan en las residencias gestionadas por Mensajeros de la Paz los desfibriladores para uso de la población en general. Ya son seis las residencias de la oenegé que cuentan con este tipo de aparato médico
Ya son seis los ayuntamientos extremeños que han confiado en Mensajeros de la Paz Extremadura para la custodia de desfibriladores para uso de la población en general. El hecho de que las residencias se encuentren abiertas los 365 días del año y las 24 horas del día ha sido determinante para elegir estos espacios como el lugar idóneo donde depositar los desfibriladores financiados por la Diputación Provincial de Cáceres.
En el caso de Virgen de Guadalupe, la entrega tuvo lugar en el salón de plenos municipal, donde el alcalde de la localidad, Amador Álvarez hizo entrega del desfibrilador a la directora de la residencia de mayores Virgen de Guadalupe, Cristina Calvo.
En el último mes, la residencia Las Eras, de Hernán Pérez, y Virgen de Guadalupe, de Carrascalejo, se han sumado a las residencias de Vegaviana, La Pesga, Perales del Puerto y Cilleros, todas ellas gestionadas por Mensajeros de la Paz Extremadura. En cada centro, un par de trabajadores realizan el curso pertinente para su correcto manejo.
En ambos casos, como en el caso de los aparatos disponibles en las residencias de Vegaviana, La Pesga, Perales del Puerto y Cilleros, se trata de desfibriladores semiautomáticos entregados por la Diputación de Cáceres a todos los municipios y entidades menores de la provincia, dentro de la campaña “De Corazón”. Según declaró Charo Cordero, presidenta de la institución provincial en el acto presentación de la campaña, “con la entrega de los desfibriladores tendremos una provincia más cardiosaludable, estaremos salvando vidas porque su uso es una forma de prevenir”.
La donación de desfibriladores se enmarca dentro del Plan Estratégico de Subvenciones de la Diputación Provincial de Cáceres y está dotado con un presupuesto de 250.000 euros.
El desfibrilador externo semiautomático (DESA) es un aparato electrónico portátil (producto sanitario) que diagnostica y trata la parada cardiorrespiratoria cuando es debida a la fibrilación ventricular (en que el corazón tiene actividad eléctrica pero sin efectividad mecánica) o a una taquicardia ventricular sin pulso (en que hay actividad eléctrica y en este caso el bombeo sanguíneo es ineficaz), restableciendo un ritmo cardíaco efectivo eléctrica y mecánicamente.
La desfibrilación consiste en emitir un impulso de corriente continua al corazón, despolarizando simultáneamente todas las células miocárdicas, pudiendo retomar su ritmo eléctrico normal u otro eficaz. La fibrilación ventricular es la causa más frecuente de muerte súbita.
El DESA es muy eficaz para la mayor parte de los llamados paros cardíacos, que en su mayor parte son debidos a que el corazón fibrila y su ritmo no es el adecuado. Estos equipos básicamente devuelven el ritmo adecuado al corazón, pero es totalmente ineficaz en la parada cardíaca con asistolia pues el corazón, en este caso, además de no bombear la sangre, no tiene actividad eléctrica; y en la actividad eléctrica sin pulso (AESP), antes denominada disociación electromecánica, donde hay actividad eléctrica, que puede ser incluso normal, pero sin eficacia mecánica.
En estos dos últimos casos únicamente se debe realizar compresión torácica mientras se establecen otras medidas avanzadas.